domingo, noviembre 02, 2008

Fieles Difuntos -ciudadanos del cielo

Hermanos, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo humilde según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo. Flp 3, 20-21

Dos enseñanzas impactantes podemos extraer de estas palabras. La primera: los cristianos somos ciudadanos del cielo. Por encima de nuestros orígenes, nuestra nacionalidad, nuestras ideas, somos del cielo. El reino de Dios es nuestra verdadera patria y Jesús es nuestro verdadero rey. Seamos conscientes de esto, y seguramente muchas de nuestras actitudes e ideas cambiarán. El cristiano es el hombre o la mujer libre que sólo se arrodilla ante Dios y no se deja arrastrar por ningún otro poder mundano.

La segunda gran verdad, que creemos los cristianos, es ésta: somos mortales y nuestro cuerpo terrenal desaparecerá. Pero, al igual que Jesucristo resucitó en cuerpo y alma, así también lo haremos nosotros algún día. ¿Cómo podemos saberlo? Por la gran noticia de la resurrección. Nuestra fe se asienta en ese acontecimiento que ha revolucionado la historia. Dios nos ha hecho eternos y, por amor a su Hijo, nos dará en su momento otro cuerpo sagrado que será imperecedero.

Para Dios, creador de todo el universo, nada hay imposible y su voluntad es poder amarnos eternamente. Por eso ha sembrado en nosotros la semilla de la inmortalidad.

No hay comentarios: