domingo, enero 18, 2009

Vuestro cuerpo es un santuario

¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en vosotros porque lo habéis recibido de Dios. No os poseéis en propiedad, porque os han comprado a un precio. Por tanto, ¡glorificad a Dios con vuestro cuerpo!

1 Co 6, 13-20

Para la mayoría de personas el cuerpo es importante. Muchos son los que valoran la salud por encima de cualquier otra cosa. Cuando enfermamos o sufrimos alguna discapacidad nos damos perfecta cuenta de lo importante que es para nosotros el cuerpo físico.

El cuerpo es un don de Dios, y así nos lo recuerda san Pablo. Al contrario de lo que cree mucha gente, el Cristianismo no desprecia el cuerpo, ni lo considera algo malo. Es una obra maravillosa del Creador y más aún: su santuario.

El cuerpo, como templo, es sagrado. Por esto es importante cuidarlo y evitar los hábitos que lo maltratan y lo estropean. Cuidar la salud es dar gloria a Dios, pues sin el cuerpo, ¿cómo podríamos amar, trabajar y elevar una voz de alabanza? Pero más allá de la salud, Pablo nos advierte sobre el uso que damos a nuestro cuerpo. Que nunca sea instrumento de dominación, de daño o de sumisión, ni para nosotros ni para nadie. El cuerpo no es una mercancía. Quien así lo usa, dice Pablo, se está agrediendo a sí mismo, además de herir a Dios. Nunca olvidemos que el cuerpo es la casa del alma, allí donde se condensa nuestra propia identidad y el soplo de Dios en nuestra vida.

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