domingo, octubre 08, 2006

Religiones a la carta

La Iglesia católica previene sobre los riesgos de fabricarse una religión a la carta. ¿Por qué motivos? Muchos argumentan así: Si las religiones son puentes y lenguaje entre Dios y la humanidad, ¿qué tiene de malo fabricarse otra nueva, con elementos de aquí y de allá, quitando lo que "estorba" y tomando lo más conveniente o atractivo de una u otra?

La macedonia mística

En un cuento espiritual que leí alguien comparaba el sincretismo espiritual a una gran macedonia, donde el practicante toma un pedacito de fruta de aquí, otro de allá, y compone su propia sinfonía religiosa a su gusto y voluntad. El cuento concluye diciendo que la macedonia resulta atractiva a la vista, dulce al paladar pero terriblemente flatulenta cuando entra en el cuerpo y es digerida. Pues tal mezcolanza de frutos y sabores diversos, acaba resultando en una combinación química un tanto nefasta para el pobre y confundido organismo.

Otro cuento oriental habla del maestro que alecciona a su discípulo, previniéndolo ante la multitud de guías espirituales y maestros que el joven toma como referentes en su camino. Si tomas un maestro, y luego otro, y luego otro, y así sucesivamente, tu vida será como una mezcla de tierras de colores. Separadas, cada cual tiene su color: roja, dorada, parda o blanca. Juntas, todas se revuelven y resultan en un indefinido color gris. Así será tu vida, gris, acaba diciendo el maestro, si pasas toda tu existencia recogiendo migajas de aquí y de allá.

Creo que las dos parábolas no necesitan más explicación. Reflejan perfectamente la situación de muchas personas que, con un afán muy honesto y bello, están buscando vivir la espiritualidad y se dejan influenciar por muy diversas tendencias un tanto confusas. Por desgracia, en el mercado espiritual del momento no faltan embaucadores dispuestos a vender su producto a toda costa, sin escrúpulo alguno y empleando las técnicas más seductoras del marketing psicológico. El resultado no siempre resulta en un beneficio para la persona, sino en una dependencia o en un estado anímico que acentúa su fragilidad psíquica y su desorientación mental.

Mercantilizar la religión

Son muchos los autores que ven en la llamada New Age una voluntad de crear o diseñar una religión universal, cuyos postulados toman muchos elementos de las religiones tradicionales y los fusionan para formar una filosofía propia. Aspectos como la ecología, la salud, la armonía con el universo, el valor de lo femenino, el pacifismo, la estética, la música y el arte... Son elementos altamente motivadores que atraen continuamente a nuevos adeptos. Las religiones de diseño conocen bien las necesidades y carencias de las sociedades opulentas de hoy y saben cómo atraer a las personas con hambre de trascendencia.

Lo que resulta sorprendente y paradógico, tal como una conocida escritora inglesa comenta en uno de sus sabrosos ensayos, es que toda esta nueva ola espiritual tiene su origen en aquellos lugares del mundo donde se vive con mayor abundancia y donde los valores máximos, aunque inconfesados, son el dinero, el lujo y el culto al cuerpo, o mejor dicho, a la cirugía estética. Lo cual no deja de ser sospechoso. Y entonces surge la duda. El espíritu mercantilista ha llegado al terreno espiritual y ha comprendido que se puede generar un inmenso negocio creando religiones o seudo-religiones con millones de seguidores en todo el mundo. Estas creencias "light" o hechas a medida del consumidor parecen satisfacer de forma temporal y superficial los anhelos humanos. Pero, ¿realmente sacian el hambre de trascendencia? ¿Pueden substituir a Dios?

Sinceramente, aunque es mi humilde opinión, lo dudo mucho.

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