viernes, abril 15, 2005

La dignidad de la mujer

La dignidad de la mujer se fundamenta en un hecho básico: su existencia como ser humano. Todo ser humano tiene dignidad, desde un bebé hasta un anciano. Hombres, mujeres, niños... todos somos igual de dignos y merecemos el mismo respeto. A lo largo de la historia de la humanidad no siempre se ha reconocido la misma dignidad a todas las personas. Actualmente, en los países de Occidente se reconoce la igualdad en dignidad de todas las personas humanas, aunque en la práctica no siempre es así.

La dignidad parte de considerar a toda persona sagrada, única y valiosa. Las mujeres, como los hombres, no somos dignas por ser de uno u otro género, sino por existir. Tenemos dignidad por lo que somos, no por lo que tenemos.

Todo individuo tiene diferentes dimensiones en su existencia. Podríamos hablar de cuatro: el cuerpo, la mente, las emociones –que popularmente llamamos el “corazón”- y la dimensión espiritual. La dignidad de la persona debe alcanzar estas cuatro dimensiones para que su vida sea realmente completa.

¿Qué significa dignidad? Se podría decir que es algo como el honor, el respeto, la consideración. Pero una persona puede ser digna aunque los demás no le brinden este honor: la dignidad significa respeto por uno mismo. Cuando una persona se sabe valiosa, digna de ser respetada y valorada, se comporta con dignidad. La dignidad va acompañada de una autoestima justa y equilibrada. Por dignidad, no vamos a consentir caer en actitudes mezquinas y vergonzosas, ni vamos a despreciarnos y a maltratarnos a nosotras mismas. Por dignidad, la persona supera la autocompasión y la pereza, se levanta y sigue su camino pese a los obstáculos.

Vamos a hablar de la dignidad de la mujer en sus cuatro dimensiones: la física o corporal, la intelectual, la emocional y la espiritual.

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