domingo, agosto 27, 2006

Aciertos y riesgos de las religiones

Aciertos de las religiones

Como lenguaje místico y puente entre el trascendente y lo terreno, las religiones tienen grandes ventajas pero también peligros. La historia nos lo muestra.

Sus aciertos han sido:
- crear un código, una mitología y unos símbolos con los que traducir una experiencia divina en signos palpables
- la tradición mítica puede ser comunicada y compartida por una cultura o un pueblo, uniendo a sus habitantes y otorgándoles cierta identidad
- su mensaje, preñado de poesía y de paradojas, es vivo, puede suscitar nuevas experiencias religiosas en los que lo reciben y está abierto a continuas interpretaciones y actualziaciones
- una religión también entraña unos valores humanos, que pueden mejorar la cultura de la que forma parte
- son un instrumento único de comunicación de ideas, con una estética capaz de conmover y motivar a las personas

Riesgos históricos

Los riesgos que corren las religiones son:
- al ser un lenguaje humano y limitado, pueden limitar y acotar la experiencia inefable que expresan
- los mitos y los símbolos, a copia de repetirse y expandirse, pueden ritualizarse y convertirse en normas rígidas vacías de sentido
- las múltiples interpretaciones que permiten pueden convertirlas en instrumentos de corrientes de pensamiento contrarias al espíritu original
- corren el riesgo de reducirse a un mero código de conducta moral desprovisto de una auténtica espiritualidad
- por el hecho de ser una gran herramienta comunicativa y de transmisión de valores, las religiones han sido un vehículo único que ha sido aprovechado por los grandes tiranos de la historia, que se han apropiado de su lenguaje y de sus símbolos para justificar su poder

Parece que todos estos riesgos sean propios del Cristianismo. Pero si estudiamos la historia de Oriente, veremos que otras grandes creencias, como el Islam y el Budismo, han sido instrumento de poder utilizados por dirigentes y emperadores. En su nombre se han emprendido guerras, se han ordenado matanzas y se han justificado toda clase de atropellos y persecuciones. La historia más oscura del Cristianismo, con episodios como las cruzadas o la Inquisición, tiene sus paralelos en otras grandes religiones que han sido utilizadas con fines políticos y económicos.

La necesidad de una mirada más imparcial

Decir que las religiones provocan guerras es simplificar y faltar a la justicia. Un determinado credo puede emplearse como propaganda de guerra. Pero el espíritu original de esa religión posiblemente defienda la paz. Es el mal uso de las religiones lo que causa conflictos, y no la fe en sí. A nadie se le ocurre achacar a la ciencia la causa de todas las guerras. En cambio, gracias a los avances científicos se han podido fabricar armas destructivas en todos los tiempos.

Después de muchos años durante los cuales la religión ha sido una parte de nuestra cultura, asimilada a un conjunto de normas morales rígidas e impuestas, es natural que hoy se dé una tendencia social de rechazo, como contrapunto, y sólo se aprecien sus aspectos negativos. Pero insistir en un solo aspecto de la realidad, ignorando el otro, es insensato y revela una enorme miopía mental, que puede llevarnos a visiones distorsionadas de la realidad y faltas de toda perspectiva.

En una sociedad como la de hoy, que idolatra la ciencia, el raciocinio y el positivismo, resulta una actitud muy impropia juzgar las religiones sólo por su vertiente oscura y negativa, sin escuchar a la otra parte y sin consultar la opinión y los conocimientos de pensadores y teólogos cualificados que las conocen muy a fondo, desde dentro.

Una actitud coherente y científica pide escuchar los argumentos a favor y en contra, profundizando en ellos y en sus motivos para poder extraer conclusiones bien fundamentadas.

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