El día de Sant Jordi es una fiesta que reviste una belleza singular. Es un día con aroma de rosa y de libro, con frescor primaveral y sabor de buena lectura. Por Sant Jordi se regalan dos cosas, tal vez las mejores que podemos regalar a los seres amados.
Regalamos rosas, que son signo de la vida y de la alegría. La primavera en su esplendor nos recuerda que la vida sigue, que tras el invierno la naturaleza estalla y que vivir es un don que recibimos cada nuevo amanecer. Y regalamos libros, esos amigos que siempre nos acompañan, nos distraen y nos enseñan. ¿Qué mejor podemos regalar? Una flor, símbolo del gozo vital, y un libro, compañero y maestro de nuestra consciencia.
Decía Confucio, el sabio chino, que para ser feliz tan sólo pedía dos cosas: una casa llena de libros y un jardín lleno de flores. ¡Cuánta sabiduría encierra este deseo! Es un deseo de alegría, de disfrute; y, por otro lado, es un deseo de sabiduría y de serenidad.
Pero aún podemos regalar algo mejor. Estos dos símbolos de la fiesta de Sant Jordi nos pueden impulsar a ser generosos y a regalar lo mejor que tenemos: nosotros mismos. Nuestra alegría, nuestra compañía, nuestra creatividad, nuestro buen humor. Aquello que atesoramos dentro.
En un día como hoy, quizás el mejor regalo es uno mismo.
Regalamos rosas, que son signo de la vida y de la alegría. La primavera en su esplendor nos recuerda que la vida sigue, que tras el invierno la naturaleza estalla y que vivir es un don que recibimos cada nuevo amanecer. Y regalamos libros, esos amigos que siempre nos acompañan, nos distraen y nos enseñan. ¿Qué mejor podemos regalar? Una flor, símbolo del gozo vital, y un libro, compañero y maestro de nuestra consciencia.
Decía Confucio, el sabio chino, que para ser feliz tan sólo pedía dos cosas: una casa llena de libros y un jardín lleno de flores. ¡Cuánta sabiduría encierra este deseo! Es un deseo de alegría, de disfrute; y, por otro lado, es un deseo de sabiduría y de serenidad.
Pero aún podemos regalar algo mejor. Estos dos símbolos de la fiesta de Sant Jordi nos pueden impulsar a ser generosos y a regalar lo mejor que tenemos: nosotros mismos. Nuestra alegría, nuestra compañía, nuestra creatividad, nuestro buen humor. Aquello que atesoramos dentro.
En un día como hoy, quizás el mejor regalo es uno mismo.
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