La historia de Ruth y Noemí llena uno de los libros más breves y bellos de la Biblia. Ambas son ensalzadas como modelo de suegra y nuera. Mucho se ha escrito sobre Ruth como ejemplo de mujer fiel a su marido y a la familia de éste, hasta el punto de abandonar su tierra, su cultura y sus dioses para adoptar los de su esposo, aún después de muerto. La Iglesia llegó a llamar a Ruth “la tercera María” (después de María la madre de Jesús y María Magdalena).
Fidelidad
Pero, dejando aparte las interpretaciones teológicas de la figura de Ruth, quisiera resaltar en esta historia dos aspectos. El primero es la fidelidad entre dos mujeres, que la vida ha unido a través del matrimonio de uno de los hijos de Noemí con Ruth. Aunque este hijo ha muerto, el vínculo entre ambas continua, y Ruth no renuncia a él. Cuando Noemí decide regresar a su tierra, Ruth la acompaña, siguiéndola como seguiría a su marido. Así como la otra nuera, Orfa, también viuda de su otro hijo, se queda con su familia, Ruth no teme afrontar lo desconocido por acompañar a su suegra. Orfa se ata al pasado y a la muerte. Ruth opta por mirar hacia delante y no romper los lazos que la unen a Noemí y a la familia de su esposo.
Responsabilidad
El otro aspecto es la responsabilidad por el ser amado. Para Ruth, la madre de su esposo es como su propia madre y no renuncia a su responsabilidad sobre ella. A lo largo de la historia vemos en Ruth a una mujer generosa, que cuida de Noemí, preocupándose por su bienestar y trayéndole el sustento.
Pero Noemí también se hace responsable de Ruth y vela por su porvenir. Es ella quien trama el futuro matrimonio de Ruth con su pariente Booz. Su nuera ha sabido serle fiel; ella también procurará su felicidad. Así es como Ruth, que ha renunciado a su familia de sangre, a su tierra y a sus creencias, es acogida en una nueva patria, recibe una nueva familia y un nuevo esposo. Las palabras de Noemí a su nuera son muy hermosas: “Hija mía, yo voy a procurarte descanso y a ocuparme de tu felicidad”.
La historia de Ruth es un relato del amor y de la abnegación recompensados. Nos muestra cómo todo sacrificio hecho por amor, toda renuncia asumida por fidelidad, no deja de tener su recompensa. Y ésta es siempre mucho mayor.
Confianza
El libro de Ruth también es un canto a la confianza. Las dos mujeres confían una en la otra. Noemí confía su ancianidad y su vida en manos de Ruth, y recibe un gran consuelo de su nuera, “la cual te ama y es para ti mejor que si tuvieras siete hijos”, le dicen sus parientes. Ruth confía también en Noemí y sigue sus consejos e instrucciones. Así es como rehace su vida, se desposa con un hombre bueno y tiene un hijo. Porque no temió perderlo todo, por fidelidad a la madre de su esposo, Ruth alcanza de nuevo una vida plena y dichosa. Confiar nuestra felicidad en manos de quien sabemos nos ama es tal vez una de las experiencias más hermosas de abandono y de dicha colmada.
1 comentario:
Y Noemí debe ayudar a todas esas personas que no aceptan de buen grado ver que una persona que ha perdido un ser querido rehace su vida. Ambas son un gran ejemplo para aprender a sobreponernos y a superar los duelos. Sí, Montse lo dices muy bien.
Un mujer
Publicar un comentario